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10 pistas para superar la EVAU

EVAU, EBAU, PAU… Selectividad. La ansiada prueba de acceso a la Universidad que te posibilita estudiar lo que tú quieres y formarte profesionalmente. Y sí, claro que es importante, y llevas mucho tiempo preparándote para ello, pero permítenos un primer consejo: tranquilidad, es un examen y de eso, ya sabes mucho.

En cualquier caso, nos permitimos darte algunas pistas para afrontar esta experiencia de la mejor manera posible.

Antes del examen

  1. Confía en el trabajo realizado. Llevas toda la vida estudiando y estos últimos cursos te has entrenado como un deportista de alto rendimiento. Si has aprobado los cursos previos, estás preparado/a para hacer frente a esta prueba. Así que confía.
  2. Repasa. Organiza tu tiempo para revisar los conceptos esenciales de cada asignatura. Un buen esquema te ayudará a visualizar la información y recordar los aspectos esenciales, los pasos para la resolución de problemas…
  3. Descansa y haz algo de deporte. Ahora y siempre, incorpora algo de deporte a tu rutina de estudio. 30 minutos al día pueden ser suficientes, así que corre, nada o haz yoga en el salón de tu casa. Y recuerda que de nada servirá que no duermas la noche previa a los exámenes; el descanso es fundamental para que te encuentres en las mejores condiciones.
  4. Estudia con otros. Quedar con los compañeros para estudiar juntos es una buena estrategia, sobre todo si estás notando que estudiar solo/a te cuesta.
  5. Prepara tu mente. No hace falta que te repitas frases tipo “wonderful”, pero sí que no caigas en el derrotismo antes de empezar. Visualízate haciendo el examen, contestando a las preguntas con seguridad… Y recuerda: es un examen, se evalúa tu conocimiento, no lo que eres.

Durante el examen

  • Atiende a la logística. Que si el DNI, que si el desplazamiento, que si el lugar del examen, a qué hora tienes que estar… Posiblemente vayas a un sitio nuevo, asegúrate de conocer el trayecto, calcular los tiempos para llegar puntual y llevar la documentación requerida.
  • Gestiona tu nerviosismo. Es normal que estés nervioso/a, aunque también puede que no lo estés. Si notas que tu cuerpo se activa, párate un momento, cierra tus ojos, identifica lo que sientes y dite algo así como: “estas sensaciones son normales, me permiten mantener la atención y se me van a ir pasando poco a poco”.
  • Respeta las normas. Ya sabes que no se puede copiar… Mantén silencio durante la prueba y sigue las indicaciones. Asegúrate de entender bien las instrucciones de los diferentes exámenes.
  • Lee el examen y organízate. Si hay opciones, elige las que mejor te sepas y distribuye tu tiempo para poder contestar todas las preguntas. Cíñete a lo que te piden y no te olvides de repasar para detectar lagunas, faltas de ortografía o de redacción.
  • Comparte con tus compañeros. No dudes en comentar con tus compañeros cómo te ha ido, aceptando lo que ya has realizado y afrontando el próximo examen con la misma serenidad.

Ya sabes: confía, organiza y hazlo lo mejor que sepas.

¡Mucho ánmo!

Fotografía de Freepik

DISTIMIA SAPSI

¿Cómo ayudar a un adolescente con distimia?

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de las personas ya que durante esta etapa se experimentan importantes cambios físicos, hormonales y cognitivos que pueden generar una amplia gama de emociones y desafíos a nivel emocional. Para algunos adolescentes, estos desafíos pueden ocasionar alteraciones en el estado de ánimo las cuales pueden aparecer en forma de distimia, definida como un trastorno del estado de ánimo crónico que se caracteriza por una persistente sensación de tristeza y falta de interés en las actividades diarias. Aunque la distimia a menudo pasa desapercibida debido a su naturaleza menos intensa, no debe subestimarse, ya que puede tener un impacto significativo en la vida de los adolescentes.

¿Cómo saber si mi hijo/a adolescente tiene distimia?

Uno de los síntomas principales es la presencia de una sensación de tristeza, desesperanza y vacío durante la mayor parte del día, la mayoría de los días, durante al menos un año. Además, esta sensación suele venir acompañada de:

  • Baja autoestima: Sentimientos persistentes de inferioridad, falta de confianza en sí mismo y una visión negativa de sí mismo.
  • Pérdida de interés y placer: Pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas y una disminución general en la capacidad de experimentar placer.
  • Cambios en el apetito: Ya sea una disminución o aumento del apetito, que puede conducir a cambios de peso significativos.
  • Problemas de sueño: Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido) o hipersomnia (exceso de sueño) de manera recurrente.
  • Fatiga o falta de energía: Sentirse constantemente cansado, sin energía y con falta de motivación para realizar actividades cotidianas.
  • Dificultades cognitivas: Dificultad para concentrarse, tomar decisiones y tener una memoria deficiente.
  • Aislamiento social: Retraimiento social, evitando actividades sociales y disminución de la interacción con amigos y seres queridos.
  • Irritabilidad: Sentirse fácilmente molesto, irritable o tener cambios de humor frecuentes.

¿Qué causa la distimia?

Las causas de este trastorno durante la adolescencia son multifactoriales y pueden incluir factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales. Los adolescentes con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar distimia. Además, los desafíos típicos de la adolescencia, como los cambios hormonales, la presión académica y la búsqueda de identidad, pueden contribuir a su desarrollo. El estrés crónico, los eventos traumáticos y la falta de apoyo social también pueden desempeñar un papel importante en su aparición.

¿Qué debo hacer para ayudar a mi hijo/a?

Si sospechas que tu hijo/a adolescente está experimentando distimia, es importante que busques ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado. Además, a continuación, comentamos algunas sugerencias que pueden ayudarle a sentirse mejor.

  • Comunícate y muestra apoyo: Fomenta una comunicación abierta y comprensiva con tu hijo. Anímalo a expresar sus sentimientos y escúchalo sin juzgar. Hazle saber que estás allí para apoyarlo.
  • Promueve un entorno de apoyo: Ayúdale a construir y mantener relaciones sociales positivas. Anímalo a participar en actividades que le interesen y donde pueda relacionarse con otros jóvenes. Establecer una red de apoyo social puede ser beneficioso para su bienestar emocional.
  • Ten paciencia y sé comprensivo: La distimia puede ser un trastorno crónico, y la recuperación puede llevar tiempo. Ten paciencia con tu hijo/a y sé comprensivo con sus altibajos emocionales. Brinda apoyo incondicional y muestra empatía durante su proceso de tratamiento.

Es importante tener en cuenta que la distimia es un trastorno complejo en el que intervienen muchos factores. No todos los adolescentes que enfrentan desafíos emocionales desarrollarán distimia, y no todas las personas con distimia han experimentado desafíos emocionales durante su adolescencia. Si un adolescente presenta síntomas depresivos persistentes, es fundamental buscar ayuda profesional especializada en salud mental. El diagnóstico y tratamiento adecuados pueden marcar una diferencia significativa en la calidad de vida y el bienestar emocional del adolescente afectado.

Bibliografía

Alfano, C. A., & Beidel, D. C. (Eds.). (2020). Comprehensive Evidence-Based Interventions for Children and Adolescents (2nd ed.).

Garber, J., Weiss, B., & Shanley, N. (2021). Distimia and Other Depressive Disorders. In R. T. Ammerman, M. Hersen, & D. K. Last (Eds.), Handbook of Prescriptive Treatments for Children and Adolescents (4th ed., pp. 273-303).

Fotografía de Freepik

DEPRESIÓN POSTVACACIONAL

Manual para ¡no! superar la depresión postvacacional

Para muchas personas volver de vacaciones es sinónimo de tristeza. Quien no ha puesto el telenoticias de turno en estas fechas y ha visto el clásico reportaje acerca de la temida depresión postvacacional. De hecho, existen cientos de páginas y de artículos en internet en las que se detallan estrategias para superar síntomas como pueden ser:

Desánimo, dificultades para sentir, irritabilidad, alteraciones motivacionales, inhibición o deterioro de las relaciones  interpersonales, fatiga…

Este conjunto de conductas forman lo que se ha dado a conocer como depresión postvacacional, una patología no reconocida.

Pero, ¿qué es? ¿Cómo se produce? ¿Existe realmente?

A lo largo de nuestra vida, día a día vamos adquiriendo una serie de hábitos o rutinas que son funcionales, es decir, nos sirven para afrontar las tareas que tenemos por delante.

Cuando llega la época estival y nos vamos de vacaciones, se produce una ruptura con muchos de estos hábitos: salimos fuera de nuestro entorno, solemos acostarnos más tarde, comemos en otros horarios, incrementamos el número de actividades gratificantes y placenteras que solemos hacer… en definitiva, dejamos de hacer muchas de las tareas que hacemos por rutina y obligación durante el año, algo necesario para desconectar de forma temporal y las sustituimos por otras.

Mientras estamos de vacaciones, vamos adquiriendo otra serie de rutinas, que en muchos casos, nada tienen que ver con nuestros quehaceres habituales.

Una vez que volvemos, es necesario que se produzca una readaptación al contexto habitual. Tenemos que volver a “reaprender” todas esas rutinas que antes nos eran funcionales. Esto requiere un tiempo y un esfuerzo por nuestra parte. Por ello, es normal que durante 3 o 4 días sintamos algunos de las sensaciones descritas.

Lo habitual es que de forma “espontánea” este cambio se produzca. Sin embargo, podemos poner en marcha determinadas estrategias en formato de “Manual Antiterapéutico” para NO SUPERAR la “depresión postvacacional” mediante las que conseguiremos que estos síntomas nos acompañen una temporada:

Siguiendo estas pautas, nos aseguraremos niveles elevados de malestar. Afortunadamente, esto es reversible. En nuestra mano está superar estos síntomas y no esperar a que simplemente amaine el temporal.

Francisco Linares Carmona 
M-25972 

Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros (SAPsi-CUCC) 

Fuente: elaboración propia.

Imagen: Foto de Estée Janssens en Unsplash