Terapia en el Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros

Estás a un paso de sentirte mejor

Todos pasamos por etapas de nuestra vida en la que sentimos que algo no funciona. Lo notamos porque nos sentimos más tristes o nerviosos que lo habitual, con dificultades para dormir o divertirnos, con la sensación de que nadie nos entiende o que ni siquiera nosotros entendemos lo que sentimos. Si ese es tu caso, estás a un paso de sentirte mejor.

Para lograrlo, puedes contar con el Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros (SAPsi-CUCC). Aquí encontrarás profesionales de la psicología que te ayudarán a expresar aquello que te pasa y aprender estrategias para empezar a sentirte mejor.

Para facilitarte este paso, el SAPsi-CUCC ofrece una primera entrevista gratuita a todas las personas interesadas hasta el 20 de octubre.

Terapia en el Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros

En esta sesión de valoración psicológica tendrás la oportunidad de establecer un primer contacto y expresar, en un contexto seguro y de confianza, tu situación actual, lo que te preocupa. Esta sesión permite a nuestro equipo de psicólogos analizar posibles dificultades psicológicas o emocionales, valorar si necesitas acompañamiento psicoterapéutico, resolver dudas y hacerte una propuesta de seguimiento en caso de que lo necesitaras.

Tras esta primera consulta de valoración psicológica gratuita (de unos 30 minutos de duración), el terapeuta te dará información sobre el funcionamiento y tipos de intervención que se realizan en el SAPsi-CUCC y cómo ayudarte a superar tus dificultades.

El primer paso siempre es el más difícil. Pero recuerda que, si queremos que las cosas sean diferentes, hay que introducir algún cambio. Este primer encuentro puede ayudarte a comprender que no pasa nada por pedir ayuda y descubrir que es un gusto poder compartir cómo te sientes con alguien que te escucha sin juzgarte.

Para poder concertar una entrevista, basta con que nos escribas o llames, indicando Primera Valoración y tus datos de contacto. Te daremos respuesta lo antes posible.

Tel. 91 737 69 91
atencionpsicologica@cardenalcisneros.es

DISTIMIA SAPSI

¿Cómo ayudar a un adolescente con distimia?

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de las personas ya que durante esta etapa se experimentan importantes cambios físicos, hormonales y cognitivos que pueden generar una amplia gama de emociones y desafíos a nivel emocional. Para algunos adolescentes, estos desafíos pueden ocasionar alteraciones en el estado de ánimo las cuales pueden aparecer en forma de distimia, definida como un trastorno del estado de ánimo crónico que se caracteriza por una persistente sensación de tristeza y falta de interés en las actividades diarias. Aunque la distimia a menudo pasa desapercibida debido a su naturaleza menos intensa, no debe subestimarse, ya que puede tener un impacto significativo en la vida de los adolescentes.

¿Cómo saber si mi hijo/a adolescente tiene distimia?

Uno de los síntomas principales es la presencia de una sensación de tristeza, desesperanza y vacío durante la mayor parte del día, la mayoría de los días, durante al menos un año. Además, esta sensación suele venir acompañada de:

  • Baja autoestima: Sentimientos persistentes de inferioridad, falta de confianza en sí mismo y una visión negativa de sí mismo.
  • Pérdida de interés y placer: Pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas y una disminución general en la capacidad de experimentar placer.
  • Cambios en el apetito: Ya sea una disminución o aumento del apetito, que puede conducir a cambios de peso significativos.
  • Problemas de sueño: Insomnio (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido) o hipersomnia (exceso de sueño) de manera recurrente.
  • Fatiga o falta de energía: Sentirse constantemente cansado, sin energía y con falta de motivación para realizar actividades cotidianas.
  • Dificultades cognitivas: Dificultad para concentrarse, tomar decisiones y tener una memoria deficiente.
  • Aislamiento social: Retraimiento social, evitando actividades sociales y disminución de la interacción con amigos y seres queridos.
  • Irritabilidad: Sentirse fácilmente molesto, irritable o tener cambios de humor frecuentes.

¿Qué causa la distimia?

Las causas de este trastorno durante la adolescencia son multifactoriales y pueden incluir factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales. Los adolescentes con antecedentes familiares de depresión tienen un mayor riesgo de desarrollar distimia. Además, los desafíos típicos de la adolescencia, como los cambios hormonales, la presión académica y la búsqueda de identidad, pueden contribuir a su desarrollo. El estrés crónico, los eventos traumáticos y la falta de apoyo social también pueden desempeñar un papel importante en su aparición.

¿Qué debo hacer para ayudar a mi hijo/a?

Si sospechas que tu hijo/a adolescente está experimentando distimia, es importante que busques ayuda profesional para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento individualizado. Además, a continuación, comentamos algunas sugerencias que pueden ayudarle a sentirse mejor.

  • Comunícate y muestra apoyo: Fomenta una comunicación abierta y comprensiva con tu hijo. Anímalo a expresar sus sentimientos y escúchalo sin juzgar. Hazle saber que estás allí para apoyarlo.
  • Promueve un entorno de apoyo: Ayúdale a construir y mantener relaciones sociales positivas. Anímalo a participar en actividades que le interesen y donde pueda relacionarse con otros jóvenes. Establecer una red de apoyo social puede ser beneficioso para su bienestar emocional.
  • Ten paciencia y sé comprensivo: La distimia puede ser un trastorno crónico, y la recuperación puede llevar tiempo. Ten paciencia con tu hijo/a y sé comprensivo con sus altibajos emocionales. Brinda apoyo incondicional y muestra empatía durante su proceso de tratamiento.

Es importante tener en cuenta que la distimia es un trastorno complejo en el que intervienen muchos factores. No todos los adolescentes que enfrentan desafíos emocionales desarrollarán distimia, y no todas las personas con distimia han experimentado desafíos emocionales durante su adolescencia. Si un adolescente presenta síntomas depresivos persistentes, es fundamental buscar ayuda profesional especializada en salud mental. El diagnóstico y tratamiento adecuados pueden marcar una diferencia significativa en la calidad de vida y el bienestar emocional del adolescente afectado.

Bibliografía

Alfano, C. A., & Beidel, D. C. (Eds.). (2020). Comprehensive Evidence-Based Interventions for Children and Adolescents (2nd ed.).

Garber, J., Weiss, B., & Shanley, N. (2021). Distimia and Other Depressive Disorders. In R. T. Ammerman, M. Hersen, & D. K. Last (Eds.), Handbook of Prescriptive Treatments for Children and Adolescents (4th ed., pp. 273-303).

Fotografía de Freepik

DEPRESIÓN POSTVACACIONAL

Manual para ¡no! superar la depresión postvacacional

Para muchas personas volver de vacaciones es sinónimo de tristeza. Quien no ha puesto el telenoticias de turno en estas fechas y ha visto el clásico reportaje acerca de la temida depresión postvacacional. De hecho, existen cientos de páginas y de artículos en internet en las que se detallan estrategias para superar síntomas como pueden ser:

Desánimo, dificultades para sentir, irritabilidad, alteraciones motivacionales, inhibición o deterioro de las relaciones  interpersonales, fatiga…

Este conjunto de conductas forman lo que se ha dado a conocer como depresión postvacacional, una patología no reconocida.

Pero, ¿qué es? ¿Cómo se produce? ¿Existe realmente?

A lo largo de nuestra vida, día a día vamos adquiriendo una serie de hábitos o rutinas que son funcionales, es decir, nos sirven para afrontar las tareas que tenemos por delante.

Cuando llega la época estival y nos vamos de vacaciones, se produce una ruptura con muchos de estos hábitos: salimos fuera de nuestro entorno, solemos acostarnos más tarde, comemos en otros horarios, incrementamos el número de actividades gratificantes y placenteras que solemos hacer… en definitiva, dejamos de hacer muchas de las tareas que hacemos por rutina y obligación durante el año, algo necesario para desconectar de forma temporal y las sustituimos por otras.

Mientras estamos de vacaciones, vamos adquiriendo otra serie de rutinas, que en muchos casos, nada tienen que ver con nuestros quehaceres habituales.

Una vez que volvemos, es necesario que se produzca una readaptación al contexto habitual. Tenemos que volver a “reaprender” todas esas rutinas que antes nos eran funcionales. Esto requiere un tiempo y un esfuerzo por nuestra parte. Por ello, es normal que durante 3 o 4 días sintamos algunos de las sensaciones descritas.

Lo habitual es que de forma “espontánea” este cambio se produzca. Sin embargo, podemos poner en marcha determinadas estrategias en formato de “Manual Antiterapéutico” para NO SUPERAR la “depresión postvacacional” mediante las que conseguiremos que estos síntomas nos acompañen una temporada:

Siguiendo estas pautas, nos aseguraremos niveles elevados de malestar. Afortunadamente, esto es reversible. En nuestra mano está superar estos síntomas y no esperar a que simplemente amaine el temporal.

Francisco Linares Carmona 
M-25972 

Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros (SAPsi-CUCC) 

Fuente: elaboración propia.

Imagen: Foto de Estée Janssens en Unsplash

¿Por qué aparece la ira? ¿Debería dejar de sentirla? ¿Es bueno enfadarse?

El enfado es una emoción sana como cualquier otra emoción y tiene su función en nuestra vida, en concreto nos brinda la oportunidad de defender lo que necesitamos y nos ayuda a movilizar todas nuestras capacidades para hacer frente a los conflictos. Dicho así suena sencillo y positivo, pero en algunas ocasiones nos encontramos con problemas cuando tenemos delante a una persona muy enfadada, es decir con ira, y también cuando nuestro propio enfado se convierte en ira. Enfadarse no es el núcleo del problema como decíamos antes, es la aparición descontrolada del enfado, en su máxima expresión, la que genera obstáculos en el proceso de resolver problemas con los demás. A pesar de que podamos ver esta emoción como algo innecesario, es importante que entendamos que nos puede ayudar a enfrentarnos a cualquier cosa que amenace nuestra vida, pero no es útil cuando aparece ante alguna de las frustraciones habituales de la vida cotidiana y nos acompaña con frecuencia. Aun sabiendo las consecuencias que puede tener el descontrol de la ira, seguimos reaccionando con mucho enfado porque podemos pensar que nos ayudará a conseguir de una forma más rápida lo que queremos y se convierte en la única solución para superar lo que nos amenaza o lo que nos parece injusto.

¿Podría ser útil evitar enfadarme o sentir ira? ¿Tengo que dejar de estar en la situación que me enfada?

Tenemos derecho a enfadarnos y a defender nuestras ideas, necesidades u opiniones, y esto lo podemos hacer estando enfadados/as, el problema viene cuando se repiten varias situaciones en las que ha habido una mala gestión de la ira, y nos hemos encontrado con daños que no esperábamos: dejar una relación, encontrarnos mal físicamente o sentir culpa. Después de ver los daños que se han producido puede haber una tendencia a pensar en dos típicas estrategias: evitar algunas situaciones o directamente no hablar porque consideramos que va a ser peor. Estas dos estrategias pueden intensificar nuestra ira porque estamos anulando nuestras necesidades y por lo tanto no podemos resolver nuestros problemas. Ante el reto que nos puede suponer la puesta en marcha de otras estrategias en situaciones parecidas, podemos encontrar una que puede ser de ayuda: cambiar la perspectiva que tenemos sobre la situación conflictiva.

¿Qué tipo de pensamientos podríamos revisar para sentirnos mejor?
Si no siguen todas las normas habituales de mi cultura o bien las que he aprendido, sus acciones son equivocadas, injustas e inmorales.
Si siento rabia por lo que ha hecho esa persona significa que es una mala persona y que tiene la culpa de lo que estoy sintiendo.
Me deberían de tratar bien siempre.
Cuando me tratan mal, cosa que no se puede hacer bajo ningún concepto, no lo soporto.
El mundo tiene que organizarse de manera que yo consiga prácticamente todo lo que quiera y cuando lo quiera.
Cuando alguien hace algo mal se merece que le castiguen.

Anabel Soliveri Scheu

Beck, A. (2003). Prisioneros del odio: las bases de la ira, la hostilidad y la violencia (Vol. 38). Grupo Planeta (GBS).

El cerebro enfadado - Noticias en Salud
Imagen tomada de noticiasensalud.com