Estamos acostumbrados a que durante el curso los/as niños/as tengan unas rutinas establecidas: ir al colegio, deporte, clases de inglés, estudiar, etc. De hecho, en sesión es fácil escuchar a los niños decir que están cansados y que quieren tener tiempo libre. Pero ¿cómo gestionamos el tiempo libre de nuestros hijos es hijas durante las vacaciones?
En muchas ocasiones, lo que es una época de descanso para los más pequeños se convierte en una preocupación para los padres: “¿qué hago para que no se aburran? ¿cómo compatibilizo sus vacaciones con mi jornada laboral? ¿va a perder las rutinas que llevamos trabajando durante todo el curso?” Por lo que es importante disponer de diferentes alternativas para que la época estival se convierta en unos meses de descanso y poder disfrutar en familia siguiendo una serie de pautas.
Fomentar la creatividad de los más pequeños.
Una excelente manera de mantener a tus hijos/as entretenidos es estimular su creatividad. Proporciona materiales artísticos, como pinturas, lápices de colores y papel, para que puedan expresarse libremente a través del arte. Esto ayudará a la expresión emocional de los pequeños de la casa y a la comprensión y comunicación de sus emociones de manera más efectiva.
Descubrir nuevas aficiones.
El verano es el momento ideal para que los niños/as exploren y descubran nuevas actividades que les apasionen. Además, puedes investigar sobre talleres o cursos de verano que se adapten a sus intereses, como música, danza, cocina o manualidades. Alentar a tus hijos/as a probar cosas nuevas no solo los mantendrá ocupados, sino que también les brindará oportunidades para desarrollar habilidades e ir construyendo su propio autoconcepto.
Planificar salidas en familia.
Con independencia de que decidáis ir a un parque temático o a un museo, el verano es una buena oportunidad para pasar tiempo en familia. El día a día durante el curso suele limitar mucho las alternativas de ocio y tiempo conjunto. Este tiempo es esencial para fortalecer los vínculos afectivos y generar una relación de confianza y complicidad con los más pequeños de la casa.
Fomentar el juego libre.
Es esencial para el desarrollo infantil, ya que promueve la imaginación, la resolución de problemas y la socialización. Permite que tus hijos/as tengan tiempo para jugar libremente, ya sea en el interior o al aire libre. Proporciona juguetes, juegos de mesa, rompecabezas y otros materiales que estimulen su creatividad y los desafíen cognitivamente. También puedes animarlos a jugar con otros niños, lo que fortalecerá sus habilidades sociales.
Limitar el tiempo de pantalla.
Si bien la tecnología puede ser una herramienta útil, es importante establecer límites saludables en cuanto al tiempo de pantalla. El exceso de tiempo frente a dispositivos electrónicos puede llevar al sedentarismo y a un menor compromiso con actividades más enriquecedoras. Establece horarios definidos para el uso de dispositivos y fomenta alternativas que involucren.
Aprovecha para instaurar nuevos hábitos.
El verano ofrece un entorno favorable para instaurar nuevos hábitos en los niños/as debido a la flexibilidad de horarios, la menor presión académica, el ambiente de cambio y renovación, la oportunidad de exploración personal y la participación familiar. Aprovechar esta temporada puede ser beneficioso para el desarrollo de hábitos saludables y positivos que pueden perdurar más allá del verano.
En definitiva, el verano proporciona a los niños/a un ambiente propicio para descansar, explorar, jugar, socializar y adquirir nuevos hábitos de la vida diaria. Estos meses ofrecen un valioso tiempo de descanso y oportunidades de crecimiento que contribuyen a su desarrollo integral y al bienestar general tanto individual como familiar.
María Cordero Cid
Coordinadora de Formación y Supervisión Clínica