“No puedo relajarme…”, “tengo depresión…”, “me siento horriblemente mal, no sé qué hacer con mis problemas…”, “¿qué es lo que me ocurre?”, “¿por qué no me lo paso bien con cosas que antes me hacían disfrutar?”, “mi pareja y yo nos queremos pero sentimos que las cosas no funcionan entre nosotros”, “¿por qué no dejo de llorar?, “¡me cuesta respirar!”, tengo ansiedad”, “mi hijo se hace pis en la cama”, “no sé qué hacer con mi vida…”, “me ha dejado mi pareja y no sé vivir así…“, “¿debería ir al psicólogo?” ¿Cómo me puede ayudar a mí un psicólogo?
Estos son ejemplos de las principales cuestiones que los psicólogos nos encontramos en una primera sesión cuando una persona acude a consulta. Es importante destacar que: para que una persona acuda al psicólogo ha de darse un problema psicológico en un momento dado y la persona tiene que querer resolverlo.
Con esto, es posible identificar diferentes escenarios en los que alguien puede decidir acudir a consulta:
- En el primero de ellos, una persona valora su problema psicológico como problemático. Un problema clínico en Psicología se convierte en problema, en el mismo instante en el que la persona lo valora como tal y acude al psicólogo para resolverlo. Es decir, cada uno de nosotros se comporta y “vive” las mismas situaciones, los mismos contextos de forma diferente. Cada uno de nosotros nos explicamos la realidad en función de cómo hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida, de nuestra historia de aprendizaje. Cuando una persona tiene un problema con su ordenador, acude a un informático. Cuando esa misma persona tiene un problema con su coche, lo lleva al taller mecánico. Sin embargo, cuando el problema afecta a la totalidad de la persona, a la forma que tiene de sentir, de relacionarse con su entorno, es necesario acudir a un psicólogo, el cual será el encargado analizar las conductas y comportamientos problemáticos de la persona en su contexto y enseñarle nuevos recursos psicológicos con los que manejar estas situaciones.
A veces, puede ocurrir que se den determinadas situaciones o contextos en los que, una persona no esté sufriendo o sintiéndose mal y, sin embargo, ésta quiera aprender una determinada habilidad o mejorar la forma en la que afronta ciertas situaciones. - En ocasiones, es posible que alguien del entorno próximo sea el que perciba el problema y tome la iniciativa, como por ejemplo puede ser el caso, en el que un padre se decida a llevar a su hijo al psicólogo para que trate su enuresis nocturna.
- En último lugar, puede darse la circunstancia de que tengamos personas que sufran algún tipo de trastorno psicótico, con el consiguiente alejamiento de la realidad. En este tipo de situaciones, por lo general será un familiar o un adulto de su entorno el que tome la decisión de acudir.
¿Cuándo suelen acudir a consulta las personas? Normalmente solemos encontrarnos con que:
- En muchas ocasiones, hay personas acuden al psicólogo tras descartar otros problemas físicos y haber pasado, sin éxito, por varios especialistas sin dar con una solución a su problema.
- En otras, tenemos personas que llevan meses o incluso años, viviendo situaciones que califican como “horribles” y que no saben, dado que no han aprendido, que su problema tiene solución. Es decir, no saben cómo afrontarlas o cómo actuar y nunca han buscado ayuda.
- Hay incluso situaciones en las que en primera instancia el problema se origina en otro contexto, como puede ser el económico o el doméstico y no es hasta que el problema termina afectando al área personal, cuando al fin acuden a consulta.
Si te encuentras en alguna de estas situaciones, no dudes en contactar con nosotros para tratar de ayudarte.
Francisco Linares Carmona
M-25972
Servicio de Atención Psicológica del Centro Universitario Cardenal Cisneros (SAPsi-CUCC)
Bibliografía:
Parga, M. X. F., & Santacreu, J. (1999). Qué es un tratamiento psicológico.